viernes, 15 de abril de 2016

EFECTOS DEL VIENTO ZONDA EN LA SALUD

 Se sabe desde la Antigüedad que clima y tiempo atmosférico afectan a la salud y al bienestar de los seres humanos. Egipcios, griegos, romanos, árabes y otras grandes culturas no pasaron de largo el influjo de las variaciones bruscas de la meteorología y observaron como determinadas variables atmosféricas influían en el comportamiento y estado anímico de las personas. Entre estas variables se destaca el viento, una de las más influyentes debido a sus efectos negativos en la salud mental. En el siglo VI a. de C., Hipócrates, padre de la medicina, escribió sobre la íntima relación entre tiempo y salud haciendo mención a los efectos nocivos de los vientos del Sur. Así citaba “El viento “Austro” entorpece los oídos, oscurece la vista, carga la cabeza y deja el cuerpo lánguido y perezoso”. “El viento “Aquilón” produce horripilaciones, dolores, etc.” Actualmente, los científicos de todo el mundo afirman con certeza que gran parte de la población son vulnerables a los cambios bruscos de temperatura, humedad y presión atmosférica. Se denominan personas meteorosensibles o meteorolábiles. Las variaciones del tiempo atmosférico provocan en estas personas la aparición de estados psicopatológicos que se desencadenan como consecuencia de cambios y variaciones en la actividad neurotransmisora central.
 El viento zonda es un fenómeno meteorológico que afecta nuestra región cordillerana (Mendoza, San Juan La Rioja). La climatología del fenómeno, muestra una distribución anual con un máximo en invierno. La mayoría de los casos ocurren entre mayo y noviembre, y más de la mitad de los eventos se registran entre mayo y agosto (otoño-invierno). En la provincia de Mendoza el Dr. Benigno Gutiérrez (médico psiquiatra mendocino)es  quien ha estudiado con  mayor profundidad los efectos del viento Zonda en la salud mental ya que no solo afecta el organismo sino también produce cambios psicológicos en los individuos, quizás sea el punto de partida de muchos malestares. El mismo hace referencia a tres casos:
 a- Cuadros depresivos,
bTrastornos de angustia y
c- Dolores crónicos que afectan al 25 por ciento de la población mundial.
 Esto quiere decir que cada cuatro personas que transitan en la calle, por lo menos una tiene alguno de estos trastornos. Algo muy normal es que el viento zonda incida en los dolores crónicos más comunes: el de cabeza, espalda, cuello y dolores articulares. Las personas que tienen tendencia a la jaqueca y a dolores de cabeza de distinta índole reiterativos, se ven inmensamente influenciados por este tipo de viento. Es más, muchos perciben que correrá zonda porque tienen siempre el mismo tipo de dolor de cabeza. Todo paciente dolorido (expresa el Dr. Gutiérrez) es un paciente deprimido, por lo tanto, el dolor de cabeza va acompañado de depresión, mal humor, irritabilidad y poca facilidad para el trato. Los llamados trastornos de ansiedad, tienen como común denominador un estado que se llama angustia de expectación. Esta es una angustia difusa que no se aplica a algo en especial, no es una angustia o miedo a un delincuente, por ejemplo, es un miedo difuso y generalizado; a todo y a nada en especial, y hace que la persona viva inhibida, retraída e insegura. Cuando corre viento zonda esto se exacerba. Este es el origen del pánico, de los ataques de angustia, de los terrores nocturnos y de los trastornos del sueño. En las épocas en que corre más zonda, aún cuando no lo hace en superficie, las personas que tienen angustia de expectación lo perciben porque se sienten más agobiadas, tristes, miedosas y no saben de qué se trata. Esta es una de las maneras en que influye psicológicamente el viento zonda. En las personas que presentan trastornos psiquiátricos durante el mes de agosto, época de mayores vientos zondas, las personas con cuadros depresivos tienen mucha más tendencia a que los estados depresivos estacionales se manifiesten; también son influenciadas por el viento zonda las tres patologías anteriormente 13 mencionadas y los cuadros epilépticos. Las personas que tienen epilepsia o la han padecido en algún momento, o aquellas que han tenido crisis compulsivas febriles en la niñez quedan vulnerables a los trastornos del humor y de la personalidad; y son afectadas por cefaleas, irritabilidad, impulsividad. Con el viento zonda también se modifican los comportamientos, los trastornos de personalidad, irritabilidad, impulsividad, agresividad. Las personas que padecen epilepsia de tipo “gran mal” cuando corre viento zonda se les incrementan los síntomas notablemente y éste les influye negativamente. Ésta es una patología neuropsiquiátrica porque tiene una vertiente psiquiátrica y otra neurológica, que también se ve muy afectada por el viento zonda y los pacientes lo sufren enormemente. Los pacientes esquizofrénicos que tienen una patología muy influenciada por las variabilidades estacionales, también tienen una exacerbación de síntomas; pero menos que los depresivos o que los bipolares (oscilación de cuadros depresivos a maníacos). Los pacientes bipolares, con sus cuadros maníacos alegres o con sus cuadros maníacos disfóricos, también se ven muy perjudicados por el zonda y aparecen las fases maníacas como consecuencia del mismo. Estas son las formas más frecuentes de cómo el viento zonda incide sobre algunos trastornos psiquiátricos.
 Los efectos que produce el Zonda en este tipo de patologías no se pueden eliminar, lo que sí puede hacerse es informar al paciente de tal manera que si posee el cuadro de angustia de expectación sepa por qué esta así. Esto le ayudaría enormemente a controlarse. Los pacientes que tienen jaqueca muy poco se van a poder controlar simplemente por el hecho de que lo sepan. En estos casos, ellos aprenden a controlar su dolor a lo largo del tiempo tomando pequeñas dosis de analgésicos o de algún otro tipo de medicamento que les atenúa el dolor de cabeza. En ese caso, ellos aprenden y lo toman, y lo ideal es que lo tomen preventivamente porque las jaquecas varían, hay algunas leves pero hay otras muy intensas con síntomas como vómitos, nauseas, descomposturas, que generan necesidad de colocarse en cama y a veces de inyectarse analgésicos endovenosos. Entonces, los pacientes que tienen estas jaquecas o tendencias a ellas, lo ideal es que aquellos medicamentos que ya tienen detectados y les sirven para frenar el inicio del dolor de cabeza que los tomen. Porque de esa manera se van a evitar que se desencadene a pleno la jaqueca y se pasen ese día y a lo mejor también el posterior al viento zonda muy mal. De los cuadros depresivos se podría decir lo mismo. Los pacientes que tienen tendencia a la repetición de éstos, quizás lo que más les convendría, el día que corre viento zonda, por ejemplo, para las llamadas depresiones endógenas (depresiones que se movilizan desde adentro del organismo) que se queden en sus casas y no salgan; porque de esta manera no tendrían que recurrir a medicamentos ni a ningún otra cosa. Felizmente, el viento zonda muy intenso y en el llano corre de vez en cuando y cuando lo hace es por unas horas, no es por muchos días. Por eso es que se puede indicar que las personas que tienen tendencia a la depresión muy influenciada por el viento zonda se queden en sus casas. El viento zonda afecta igualmente a mujeres y hombres, sin embargo los cuadros depresivos, los trastornos de angustia, los cuadros de dolor y las jaquecas afectan más a las mujeres que a los hombres. Esto en una proporción de tres a uno, no significa que el viento zonda afecta más a la mujer; sino que hay mayor predisposición femenina para ese tipo de patologías. Esto en lo que respecta a trastornos psiquiátricos, hay muchos más trastornos de la salud que son afectados como, por ejemplo, el asma, la hipertensión. Como se dijo al inicio de la exposición la observación de la medicina con las variables climáticas es muy antigua los efectos de fenómenos climáticos en la salud no es nueva, desde la época de Hipócrates ya se tenía este conocimiento.
Son por demas notables los efectos psicofísicos que pueden producir aún varias horas antes del comienzo del Zonda en superficie, dando lugar a síntomas de abatimiento, languidez, angustia, dolor de cabeza, depresión, falta de coordinación e hiperactividad que conduce al rápido agotamiento entre otros, además de observarse un recrudecimiento de las enfermedades cardiovasculares, asma y un aumento de la mortalidad. Estos efectos psicofísicos se atribuyen en la actualidad a la presencia de un desequilibrio Ió- nico en las moléculas del aire el cual, excesivamente cargado de iones positivos produce en el hombre y animales la secreción de una neurohormona llamada Serotonina (amina fenólica cristalina) que genera respuestas a las amenazas no captables por los sentidos, (Felix G. Sulman, Universidad de Jerusalén) y que da lugar a la sintomatología antes descripta. “El proceso de “carga” del aire, puede visualizarse a partir de una mol
écula estable donde las cargas positivas y negativas se encuentran equilibradas. Los electrones (de carga negativa) periféricos y casi 2000 veces mas ligeros que los protones (de carga positiva), son mas fáciles de desplazar por diversos procesos, como ser la fricción intermolecular, dando lugar a una molécula cargada positivamente. Este proceso, acentuado por la falta de humedad ccapaz de equilibrar las cargas, más la fricción adicional generada por el desplazamiento de polvos y arenas impiden que los iones positivos puedan neutralizarse con la tierra. Por el contrario, la presencia de altos porce ntajes de Iones Negativos se conoce como benéfica de las funciones vitales de todos los seres vivos.
Existen estudios científicos en otros lugares del mundo donde hay vientos similares al zonda, como el Foehn y vientos desérticos, los cuales analizan y explican los efectos que produce estos vientos de similares características en la salud. Además la observación clínica lo ha repetido a lo largo de muchísimo tiempo, datan de muchos años. La población vulnerable a los cambios bruscos de temperatura, humedad y presión atmosférica se denominan personas meteorosensibles. La meteorosensiblidad constituye no sólo un fenómeno en el que existen componentes más o menos subjetivas, sino una realidad biológica que se explica mediante las leyes de la psicoquímica y la electrofisiología. Al conjunto de agresiones psicosomáticas centradas preferentemente en la esfera del sistema nervioso central y derivadas de la acción de los diversos agentes ambientales lo definimos “estrés biotrópico”. La biometeorología médica es la disciplina que se encarga de estudiar todos estos procesos fisiológicos y patológicos asociados con el enfermar humano y dentro de ella distinguimos la biometeorología psiquiátrica cuando nos referimos exclusivamente a las enfermedades mentales. El desplazamiento de grandes masas de aire y sobre todo las variaciones en la polaridad e intensidad de la carga iónica de la atmósfera constituyen las variables meteorológicas más frecuentemente implicadas en el agravamiento de diversas 15 patologías mentales. Diversas investigaciones médicas relacionan el tiempo meteorológico y su acción sobre el sistema vegetativo, considerando la electricidad atmosférica y la acción de los iones positivos y negativos inhalados por el hombre a través del sistema respiratorio y la piel como el factor más importante. Soyka y Edmonds, a mediados de los años setenta ya hacían referencia en sus estudios sobre la influencia de la ionización ambiental en la salud mental. La Organización Mundial de la Salud y la OMM vienen prestando especial atención desde 1975 a la electricidad atmosférica y a los procesos de ionización en la baja atmósfera por sus claras repercusiones en la salud de las personas. Se sabe que el cuerpo humano se comporta como una máquina bioeléctrica polarizada y que es sensible a toda la actividad electromagnética de su entorno. Los estudios realizados a partir de principios del siglo XX demuestran que cuando el aire tiene una carga excesiva de iones positivos, adquiere efectos perturbadores que afectan a la salud y al estado anímico de las personas. Los episodios de Foehn y los vientos desérticos, como en nuestro caso el Zonda son claros ejemplos de cómo una descompensación en las cargas eléctricas del aire puede traducirse en la aparición o agravamiento de determinadas enfermedades meteorotrópicas. El investigador Rivolier señaló que la calidad y cantidad de cargas eléctricas presentes en el aire es causa directa de profundas influencias psicopatológicas. Generalmente estas cargas se encuentran en la atmósfera a razón de cinco iones positivos por cuatro negativos, siendo este equilibrio esencial. Los iones negativos, constituidos en parte por oxígeno, tienen un efecto tónico y beneficioso, siendo normales en la naturaleza concentraciones de 2000-4000/cm3. Por el contrario, los iones positivos, compuestos parcialmente por CO2, tienen un efecto apático deprimente y alterador del sistema nervioso. Se calcula que con la presencia de 1000-2000 iones positivos/cm3 en el aire ya puede aparecer sintomatología. Las meteoropatías causadas por el viento afectan al ritmo cerebral y cardiaco, modifican la resistencia de la piel, cambian el metabolismo e incluso alteran la polaridad de la membrana celular. Stampli y Regli (1947), Lotmar y Haffelin (1955) estudiaron en Suiza como disminuía la resistencia capilar de las membranas poco después de que se desencadenase un episodio de Foehn. Aritmasu (1957) llegó a conclusiones similares en sus investigaciones en Japón. Las perturbaciones en los campos electromagnéticos actúan sobre el agua corporal, de forma que las propiedades físicas y la distribución de coloides que se encuentran en suspensión, sufren cambios repentinos y plenamente perceptibles. Estas variaciones, junto con  la alteración de la permeabilidad en las membranas celulares, producen dinámicas alteradas de los flujos líquidos. Los cambios producidos en las propiedades físicas de esos líquidos orgánicos provocan alteraciones en sus retenciones, en las velocidades con que pasan a través de las membranas, en la presión sanguínea y en el rendimiento del corazón. La capacidad de las células para absorber el agua se ve afectada, al igual que la conducción eléctrica entre los tejidos y la estimulación nerviosa. El Foehn es uno de los fenómenos meteorológicos más interesantes de estudio por su relación con las patologías mentales. En las áreas donde sopla Foehn hay abundancia de cargas positivas, marcada subsidencia y casi ausencia completa de ozono, siendo este fenómeno especialmente potente en verano. Las propiedades eléctricas del viento Foehn se caracterizan por la existencia de los llamados “sferics”, descargas electromagnéticas con un rango de frecuencia entre 1 y 100 KHz y una duración de 1/1000 seg, así como una intensa ionización positiva del aire, del orden de 4000 cu/cm3. El meteorólogo Manfred Curry y el investigador Wittmann ya mencionaban la enorme importancia de los “sferics” por su relación con las alteraciones en la salud mental. Podemos imaginar el efecto que puede causar un aumento de 15 grados en tan sólo 2 horas en las personas que sufren estados de fragilidad emocional. Es un cambio realmente notable de las variables meteorológicas temperatura y humedad, que produce efectos muy negativos en las personas meteorosensibles. Los cambios bruscos de temperatura del aire, especialmente cuando aparecen asociados al viento, son inmediatamente detectados por el sistema hipotalámico pituitario-renal, poniéndose en marcha una serie de mecanismos fisiológicos. Parece evidente y contrastado por multitud de estudios realizados, que el Foehn, así como los vientos terrales, cálidos y resecos, para el caso nuestro el Zonda pueden gravar o aumentar localmente diversos trastornos psicológicos. Entre ellos, destacamos por su incidencia los trastornos depresivos, estados de ansiedad e inquietud, síndrome de agitación psicomotriz, irritabilidad, jaquecas, disminución de la atención, excitación nerviosa y muy especialmente el aumento de la agresividad. Con el aumento brusco de temperaturas y la disminución de la humedad, las glándulas endocrinas se excitan liberando adrenalina, e incluso agotan las cápsulas suprarrenales en situaciones crónicas. El sistema nervioso y endocrino se ve alterado, modificándose los niveles de azúcar en sangre, relación calcio/potasio, así como los niveles de sodio, fosfatos y magnesio. A lo largo del siglo XX numerosos autores han estudiado las relaciones entre conductas humanas y corrientes iónicas del ambiente durante los periodos de 17 vientos secos y calientes. Investigadores como Helly (1920), Picard (1923), Gampen (1932), Rohden (1933), Dull (1938), Oderwald (1939), Blumer (1945), Meixner (1955) y Ballusch (1965)) ya relacionan viento Foehn con el aumento de suicidios y crímenes. Zimmerman (1951) demuestra que cuando sopla Foehn se produce un incremento de los niveles de 17-cetoesteroide de hasta un 300 %, viéndose afectada la corteza suprarrenal. Faust et al. (1973) observan que las personalidades depresivas son especialmente sensibles a determinadas condiciones atmosféricas, destacando la asociación entre depresiones involutivas, reactivas y suicidio con la aparición de episodios de viento Foehn. El científico canadiense F. Soyka (1977) investiga este fenómeno llegando a la conclusión de que una breve exposición a los iones positivos del "viento loco" produce en un primer momento efectos beneficiosos, (sensación de euforia, ansiedad e hiperactividad). Pero al cabo de pocas horas, este exceso de cargas positivas induce al insomnio crónico, agotamiento psicofísico, depresión crónica, cefaleas y especialmente, favorece la aparición de actitudes agresivas y violentas. Las investigaciones concluyen que los vientos semejantes al Foehn, fuertemente ionizados, coinciden con una frecuencia elevada de suicidios. En esta misma investigación asocia viento Foehn y actividad frontal con la aparición o agravamiento de neurosis y crisis esquizofrénicas. Johnson y Large (1980) relacionan depresión reactiva y psicosis maniaco-depresiva con la dirección del viento y valores altos de temperaturas. RECOMENDACIONES A LA POBLACION Información suministrada por Defensa Civil. 1. Cierre su casa lo más herméticamente posible, para evitar la entrada del aire seco y caliente del exterior. Cubra con trapos húmedos todas las pequeñas aberturas, como marcos de puertas y ventanas. 2. En casos extremos, trate de aumentar artificialmente la humedad del medio ambiente interior de su casa rociando o regando el piso y las paredes. 3. Evite realizar esfuerzos y no se excite. Si es hipersensible a este meteoro, consulte previamente al médico. 4. Trate de reducir al mínimo su permanencia en el exterior, evitando exponerse a la radiación solar por mucho tiempo. Suele ser aconsejable tomar duchas de agua fresca. 18 5. Evite la inhalación del polvo suspendido en el aire que arrastra el viento y protéjase los ojos. Evite tocar objetos metálicos: su cuerpo puede producir incómodas descargas de electricidad estáticas. 6. Sea precavido cuando se encuentre lugares descubiertos. Por momentos, las fuertes ráfagas del Zonda pueden arrancar chapas, tejas u otros objetos de los techos y arrojarlos con fuerza a grandes distancias. 7. Manténgase alejado de los árboles grandes y frondosos de madera frágil. La fuerza del viento puede quebrar algunas de sus ramas y arrojarlas sobre usted. 8. No estacione su automóvil bajo los árboles. Instale descargas a tierra. 9. Si conduce, extreme sus precauciones. 10. Sea precavido con el manejo de materiales inflamables y elementos que puedan provocar chispas o fuego, ya que la sequedad del ambiente durante la presencia del viento Zonda eleva la posibilidad de incendios. Asegúrese de apagar completamente las colillas de cigarrillos antes de arrojarlas. 11. Planifique las construcciones en función de la ráfaga máxima estadística para su zona. Prevea los equipos de aire acondicionado con humificadores de ambiente. 12. Planifique la forestación en forma tal que reduzca los efectos del Zonda. Existen estudios micrometeorológicos sobre el comportamiento del viento cercano a la superficie de la tierra. 13. En muchas regiones del mundo se postergan operaciones quirúrgicas ante la inminencia de este tipo de vientos. 14. Evite volar, especialmente con aeronaves de pequeño porte. Si lo sorprenden en vuelo las ráfagas, eluda las zonas sotavento de obstáculos orográficos, ya que la turbulencia puede ser severa y generar fuertes corrientes descendentes.